La entrevista laboral, ya sea grupal o individual, es un paso importantísimo en todo proceso de selección. Además del contenido de la propia entrevista, también será evaluado cuán preparado asistes a la misma.
A continuación te brindamos algunos consejos para tener en cuenta ANTES de la entrevista.
Confirmar asistencia.
Parece obvio, pero muchas veces se pasa por alto, especialmente cuando la convocatoria se realiza por escrito u alguna plataforma automatizada. Confirmar nuestra asistencia tan pronto como sea posible denotará interés y organización.
Investigar la empresa
No basta con conocer el nombre de la empresa para la cual nos estamos presentando: debemos conocer su historia, cómo funciona su modelo de negocios, aspectos básicos del rubro. Demostrará que nos interesamos, que investigamos la empresa, y que además entendemos a grandes rasgos cómo funciona el rubro. Por ejemplo, si se trata de un llamado para un supermercado, sería bueno saber: ¿desde cuándo opera?, ¿cuántas y en qué departamentos tiene sucursales?.
Puntualidad y presentación
Si bien es un punto que parece destacar más cuando se trata de una entrevista presencial, no podemos dejarlo de lado en las entrevistas virtuales. Puntualidad no se trata de llegar media hora antes, ya que en ese caso sería contraproducente. Unos 5 minutos antes de la hora pactada serían ideales.
No podemos dejar de lado nuestro aspecto físico, la vestimenta debe ser acorde, evitar utilizar ropa llamativa, concurrir aseado, etc. En algunos casos, dependiendo del rubro de la empresa y posición a la que aspiramos la vestimenta será formal exclusivamente.
Lleva una copia de tu CV
Mostrará que te has preocupado en preparar la entrevista. En caso de que el entrevistador haga algún comentario o pregunta sobre tu CV. podrás ojearlo rápidamente. No leas tu CV durante la entrevista, pero si necesitas aclarar una fecha lo tendrás a mano.
Cualidades: positivas y negativas
Para no quedar “perdido” en la entrevista, es muy útil que antes de la misma te prepares una especie de listado y argumentos para cada punto. Piensa en qué te pueden preguntar, y qué puedes responder. ¿Qué puedes aportar a la empresa? ¿Cuáles son tus puntos débiles y qué estás haciendo para mejorarlos?